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jueves, 5 de julio de 2012

LA JUSTICIA, se fundamenta en el conjunto de valores por los cuales una sociedad se reconoce.



Continuos cuestionamientos a la razón llegan como  un preludio nocturno no científico, algo  utópico  más bien idealista, pero con un criterio de cambio excepcional donde la tesis se desmiente, quedando al margen sus afirmaciones erróneas ambiguas y equivocadas, es aun más claro que serán de una considerable envergadura su desfase estructural, sin  importar especialidades, pero que forman parte de conceptos que enseñan nuestros intelectuales, que aplican nuestros gobernantes, no queda de mas decir que comprenden nuestros pequeños. Tales juicios que dejan de ser etéreos, para convertirse en simples hechos y mutarse en sucesos que lo transmutan todo, como un vendaval, que oscurece por un momento, pero que simultáneamente renacen con  fuerza, una nueva postura creadora de la cual vamos inermes.

Las nuevas tesis por las cuales transitamos son de un principio cíclico que va junto a la ciencia del derecho, con su giurisprudenza, con un cauteloso sentido en la media de las cosas humanas, como una verdad frágil, que parece que sí y parece que no, lo que con lleva a pensar en un  Derecho que logre  formar como un todo de presente unidad, acompañado de la justicia como producto cultural de una nación,  por lo tanto sera  de manera considerable medir sus verdades morales las cuales  nos acercan a el, vivimos en un lapso histórico que golpea fuertemente a su  ética, asociada  con la  dispraxis del Legislador, del Estado, no dejando de lado el Juez y su altamente protagonismo en este tiempo, tratando de reconocer que cuando una ley incurre en una injusticia extrema no hay derecho,  aquel, que descubre el  derecho como  inacabado, colocando a prueba su determinación e indeterminación dentro del sistema que dependerá del caso y la teoría a ponderar, desligándose de su discrecionalidad que exige su ética. Así, la Corte Constitucional ha dispuesto en relación con la función de administrar justicia en un Estado Social de Derecho que:

“Así, en lo que atañe a la administración de justicia, cada vez se reclama con mayor ahínco una justicia seria, eficiente y eficaz en la que el juez abandone su papel estático, como simple observador y mediador dentro del tráfico jurídico, y se convierta en un partícipe más de las relaciones diarias de forma tal que sus fallos no sólo sean debidamente sustentados desde una perspectiva jurídica, sino que, además, respondan a un conocimiento real de las situaciones que le corresponde resolver.


A caso no es  "el poder quien controla el poder", pero que decir  de los factores externos relevantes en una crisis institucional que inciden en los órganos, que  no lo deja embestir el principio que lo rige, "Un Estado como instrumento al servicio del ciudadano"  y no a la inversa.  El poder como implícito en las sociedades, tiende a su abuso,  ya que el poder absoluto corrompe, es el ciudadano quien debe abordar el control del poder.

 Además encontramos a un  ciudadano ajeno a la democracia, sin intelección pero que entiende visos leves y mediáticos que se  dirigen a formar fisuras al eje central del poder establecido,pero que con gran sutileza lo disimula,  al rededor de este individuo se va gestando una cultura jurídica  abarrotada de desconfianza. Ante todo, las instituciones son las encargadas de fomentar el cambio de comportamientos y de ideas, tomando la iniciativa en cambiar la educación de una nación que se construye,  los involucrados son todos, no solo los practicantes del Derecho. 
Si un cuerpo legislativo promulga una ley injusta sencillamente no cuenta como ley, porque no es reconocida socialmente, es una regla de reconocimiento, es su validez jurídica dentro del proceso social que genera cambios, la obligación jurídica del órgano es su aceptación.      

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