Percibo ya entrando en lo divino de Morfeo pero con su ángel que lo traiciona cada noche, mi mente, alucino con Hobbes y su compañero un monstruo que sintió cerca y lo llevo a su más grande razón, El Leviatán, me lleva aquel, a una época a la cual este no pertenecía y por supuesto de la que quiero asombrarme un poco más.
Sus razonamientos acerca de ese hombre que se desdobla en una sociedad que lo impulsa a desvanecerse y elogiarse así mismo, lleno de pasión por ilusas circunstancias.
Que será para este hombre amar? Una sencilla ilusión en la cual perplejo cae frente a esta y desnudo sucumbe.
Pensar con razón nos hace sentir vivos, acordes a la órbita que transitamos pero como se evoluciona hacia la razón hacia la comprensión, hacia la tolerancia, un chico de 6 años comprende los números pero tolera a su compañero ? o aprende a hacer tolerante, es allí cuando la sociedad estado se impone surge el imperium , este lo abraza como cuando un padre abraza a su hijo con todo su amor, ya imagino tal sublime visión.
Este hombre vive en constante guerra consigo mismo en la búsqueda de lo que sueña añora y desea con pasión, dejando de un lado a ese otro con el que convive, habita. Dice Hobbes, que los principales propulsores del hombre en la sociedad es la ambición de poder y el miedo a la derrota.
Una ambición de voraz apetito, de controlar al otro, de llevar de la mano al sujeto a un descalabro, a una subordinación y a una libertad que cree tener, llega a convertirse en esclavo de su propia irracionalidad y no de la razón que lo debería acompañar.
No debemos temer perder. Acaso perder no es mejorar, renovar, optimizar. Cuando muere un ser querido pierdes y ganas, lo decia mi abuelo con sus ojos aguados.
Diría que nunca se pierde siempre se gana, es verdad. Pensaba un día de aquellos: la mente positivisa todas tus circunstancias, con un solo pensamiento pueden cambiar. Ese es el poder que debes descubrir.
Entro en tus manos de nuevo Morfeo.
Gracias.
Ast.
